El Sin Nombre
Él era el único Sin Nombre entre su clase, el resultado del asunto prohibido de su madre con un humano. Él era el único que los demás molestaban y atormentaban, el único que anhelaba su propio sexo, un crimen entre su clase. Y cuando repitió el error de su madre con un hombre humano, el castigo fue terrible: sus alas fueron rotas, le aplastaron el cuerpo y lo encarcelaron en una botella, liberado solo para conceder los deseos de cualquier humano codicioso que lo encontrara.
Y allí se quedó, solo.
Faine también nació diferente, sus piernas se marchitaron al nacer, su pequeño cuerpo se dejó en el borde del bosque para que los otros abandonados lo tomen. Sylvonna la mujer sabia lo crió con amabilidad, y las ovejas que cuidó fueron pacientes con su marcha lenta y dolorosa. Fue una buena vida... solo que él anheló a un amante de su propio sexo, y aunque no hubo vergüenza en su pueblo, ninguno de ellos compartió ese anhelo.
Y así se quedó, solo.
El bosque le susurró a Faine, que encontraría el amor... que su verdadero amor vendría pronto.
Y cuando el Sin Nombre fue finalmente liberado de su prisión, su liberación vendría en una montaña, cerca de un bosque... un bosque donde habitaban los otros marginados del mundo. Una montaña donde Faine llevaría a sus ovejas a pastar...
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